Al llegar a casa la encontró instalada cómodamente en su rincón, con una taza de café y un libro, tranquila y relajada. A lo lejos un tocadiscos hacía sonar una melodía de piano.
-ven, Conmigo.
La llamó con ese tono de voz tan suyo, sereno pero implacable. Ese tono de voz, que usan los que saben que serán obedecidos a la primera, que no admiten replica ni contradicción.
Ella, nada preguntó, se levantó y fue con su Amo. Sus palabras habían sido una orden.
Entrelazaron sus cuerpos, la despojo de la ropa. Sus labios se pegaron a los suyos con violentamente, los Mordió con perversión. La llevó a la habitación, sin pensarlo dos veces, le bajo las bragas y Se introdujo en ella con ímpetu. Vio como de sus ojos brotaban lágrimas, de Amor. La Montó con deseo, con ansia, con ganas.Sediento de ella, exploró posturas y recovecos. Fuego de vida en sus cuerpos. La penetró por detrás, la sintió y Se corrió dentro de su culo.
Quedó saciado y sin decir nada, pero acariciando su espalda, salió del cuarto, dejándola allí, llena de vida, llena de amor, sintiendo que era la mujer más afortunada del mundo, Él era su Amo.
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